Siempre había escuchado ésta expresión, los idus de marzo, en relación a la sangrienta muerte de Julio Cesar a manos de su protegido Brutus, ¿también tú hijo mío? Pero nunca había tenido muy claro su significado.
Hoy, uno de mis grandes amigos "que conocí el año pasado", el gran Manolo Niebla, me ha instado a escribir un blog para hacer más llevadera la larga convalecencia que se me plantea en el horizonte, ya que a él le vino muy bien cuando su Aquiles dijo hasta aquí hemos llegado, y claro, cuando una persona tan eminente te plantea un reto, cómo no abordarlo.
Y aquí que me veo con la tablet y con el vacío de una página en blanco, no sólo de la pagina sino incluso del título, ¿y qué nombre le pongo yo a ésto? Tras unos minutos divagando, me viene a la cabeza que estamos en marzo y que nunca he tenido muy claro qué significa idus.
Busco en la inefable wikipedia y leo "los idus eran días de buenos augurios que tenían lugar los días 15 de marzo, mayo,...", paradójico cuando venía de encarar la que hubiese sido mi entrada en el quirófano en éste mes de marzo, sí, buen nombre para el título, acorde con mi visión irónica de la vida.
Mis queridos padres no me han dejado en herencia cortijos ni casas aunque si muchas cosas buenas, básicamente bienes intangibles como la bonhomía, la educación y las herramientas mentales necesarias para transitar con comodidad por la vida. También en herencia por vía GATTACA disfruto de una rinitis autoinmune, que hace que proliferen en mi nariz y mis senos (nasales para los malpensados) unas protuberancias llamadas pólipos que, si no los mantienes a ralla, comienzan a colonizar todo tu ser, hasta el punto de tener siempre taponada la nariz
Pues bien, tras muchos años teniéndolos bajo control, el 6 de marzo tuve que pasar por el quirófano para que me los quitaran, los había dejado a su libre albedrío desde 2013, cosas de tener tres bebés en casa, y habían decidido invadirme desde dentro cual caballo de Troya.
La operación fue muy bien, el postoperatorio también, excepto porque no pude correr la carrera de Don Bosco con Yola y con mi compadre Dani, claro que paradójicamente hice mi mejor tiempo de siempre, que para eso le cedí mi dorsal a Paco Pérez.
Éstas cosas con las que te va sorprendiendo la vida, por las que siempre tienes un aliciente para levantarte de la cama, conoces al primo de tu amigo Luque y descubres a una de esas personas que merece la pena, que te hace cambiar los esquemas de que a partir de una cierta edad no puedes hacer buenos amigos, refutando así la propia teoría del primo Luque.
Así que me encuentro con que puedo respirar con normalidad, e incluso que tengo gusto y olfato, cosa que en primavera es de agradecer. Llego al punto de asistir a una cata de vino en casa de Carlitos y parecerme que todas las copas eran de Vega Sicilia del 81.
Y en esos momentos que estoy bien, las tradiciones se saborean con especial deleite. Algunas nuevas como el cumple de Álvaro en el campo de Noe y Ángel o el viernes de comida en el Serranito "sin niños", otras en su segunda edición como ir corriendo a recoger el coche a casa de Noe en Dos Hermanas, y otras ya más arraigadas como mis amados martes y su partido de fútbol en San Juan, o los miércoles de pádel mazagonero.
Y así llegamos al martes 28 del mes de marzo, el de los buenos augurios y sus idus. Tras caerse de la convocatoria a última hora Juan Carlos y Guille, se plantea un bonito partido, por los oscuros Javi Melilla, Juan Miranda, Raúl, Edu, Paco, Ángel, Cheva y yo, por los blancos Moli, Carlos, Javi T, Buza, Emi, Juan Dadá, Fran y Pedro. Se ponen los blancos dos veces por delante, y dos veces que empato yo de cabeza, no es que estuviera muy bien pero los 195 cm de algo además de que se me líen las piernas sirven. De repente marca José Buza un golazo sólo al alcance de los superclases como él, asi que otra vez por debajo 3-2, aunque teniendo en tu equipo a Javi Melilla y a Juan Miranda eso no es problema, solo hay que apretar un poco más para recuperar el balón y dárselo a ellos. En esas estaba, corriendo tras Fran, cuando su talón al ascender toca mi puntera mientras descendía, se me desequilibra todo el pie y cae todo mi peso sobre el metatarsiano que se enfada, chasssss
Siento que me he hecho algo, pero entre mi optimismo enfermizo que pienso que sería una fisurilla, y por no dejar a mis amigos tirados, me quedo portero. Todos me invitan a dejarlo pero les digo que no, que terminen el partido, que además yo cojo paro más que la mayoría, pero qué va, me marcan por lo menos tres goles y el dolor va en aumento, así que vencido y derrotado como el ejército rojo, decido retirarme.
Un pequeño rayo de lucidez traspasa mi mente, y escribo a mis mazagoneros así como a José y Jesús lo que me ha pasado, cancelo mi participación en los dos partidos de padel que tenía cerrados para el miércoles.
Me trae José Buza a casa y Yola ya está dormida, menos mal, en esos momentos temo más por su reprimenda como única persona responsable en mi casa que por el estado de mi pequeño metatarsiano, al fin y a la postre el vaso siempre está medio lleno, yo no me lesiono nunca. Así que, apoyando con cuidado el pie, me ducho, ceno, veo un poco las tertulias sobre la gran victoria de la roja en Saint Denis, y me acuesto, Yola sigue dormida, mañana será otro día.
Hoy, uno de mis grandes amigos "que conocí el año pasado", el gran Manolo Niebla, me ha instado a escribir un blog para hacer más llevadera la larga convalecencia que se me plantea en el horizonte, ya que a él le vino muy bien cuando su Aquiles dijo hasta aquí hemos llegado, y claro, cuando una persona tan eminente te plantea un reto, cómo no abordarlo.
Y aquí que me veo con la tablet y con el vacío de una página en blanco, no sólo de la pagina sino incluso del título, ¿y qué nombre le pongo yo a ésto? Tras unos minutos divagando, me viene a la cabeza que estamos en marzo y que nunca he tenido muy claro qué significa idus.
Busco en la inefable wikipedia y leo "los idus eran días de buenos augurios que tenían lugar los días 15 de marzo, mayo,...", paradójico cuando venía de encarar la que hubiese sido mi entrada en el quirófano en éste mes de marzo, sí, buen nombre para el título, acorde con mi visión irónica de la vida.
Mis queridos padres no me han dejado en herencia cortijos ni casas aunque si muchas cosas buenas, básicamente bienes intangibles como la bonhomía, la educación y las herramientas mentales necesarias para transitar con comodidad por la vida. También en herencia por vía GATTACA disfruto de una rinitis autoinmune, que hace que proliferen en mi nariz y mis senos (nasales para los malpensados) unas protuberancias llamadas pólipos que, si no los mantienes a ralla, comienzan a colonizar todo tu ser, hasta el punto de tener siempre taponada la nariz
Pues bien, tras muchos años teniéndolos bajo control, el 6 de marzo tuve que pasar por el quirófano para que me los quitaran, los había dejado a su libre albedrío desde 2013, cosas de tener tres bebés en casa, y habían decidido invadirme desde dentro cual caballo de Troya.
La operación fue muy bien, el postoperatorio también, excepto porque no pude correr la carrera de Don Bosco con Yola y con mi compadre Dani, claro que paradójicamente hice mi mejor tiempo de siempre, que para eso le cedí mi dorsal a Paco Pérez.
Éstas cosas con las que te va sorprendiendo la vida, por las que siempre tienes un aliciente para levantarte de la cama, conoces al primo de tu amigo Luque y descubres a una de esas personas que merece la pena, que te hace cambiar los esquemas de que a partir de una cierta edad no puedes hacer buenos amigos, refutando así la propia teoría del primo Luque.
Así que me encuentro con que puedo respirar con normalidad, e incluso que tengo gusto y olfato, cosa que en primavera es de agradecer. Llego al punto de asistir a una cata de vino en casa de Carlitos y parecerme que todas las copas eran de Vega Sicilia del 81.
Y en esos momentos que estoy bien, las tradiciones se saborean con especial deleite. Algunas nuevas como el cumple de Álvaro en el campo de Noe y Ángel o el viernes de comida en el Serranito "sin niños", otras en su segunda edición como ir corriendo a recoger el coche a casa de Noe en Dos Hermanas, y otras ya más arraigadas como mis amados martes y su partido de fútbol en San Juan, o los miércoles de pádel mazagonero.
Y así llegamos al martes 28 del mes de marzo, el de los buenos augurios y sus idus. Tras caerse de la convocatoria a última hora Juan Carlos y Guille, se plantea un bonito partido, por los oscuros Javi Melilla, Juan Miranda, Raúl, Edu, Paco, Ángel, Cheva y yo, por los blancos Moli, Carlos, Javi T, Buza, Emi, Juan Dadá, Fran y Pedro. Se ponen los blancos dos veces por delante, y dos veces que empato yo de cabeza, no es que estuviera muy bien pero los 195 cm de algo además de que se me líen las piernas sirven. De repente marca José Buza un golazo sólo al alcance de los superclases como él, asi que otra vez por debajo 3-2, aunque teniendo en tu equipo a Javi Melilla y a Juan Miranda eso no es problema, solo hay que apretar un poco más para recuperar el balón y dárselo a ellos. En esas estaba, corriendo tras Fran, cuando su talón al ascender toca mi puntera mientras descendía, se me desequilibra todo el pie y cae todo mi peso sobre el metatarsiano que se enfada, chasssss
Siento que me he hecho algo, pero entre mi optimismo enfermizo que pienso que sería una fisurilla, y por no dejar a mis amigos tirados, me quedo portero. Todos me invitan a dejarlo pero les digo que no, que terminen el partido, que además yo cojo paro más que la mayoría, pero qué va, me marcan por lo menos tres goles y el dolor va en aumento, así que vencido y derrotado como el ejército rojo, decido retirarme.
Un pequeño rayo de lucidez traspasa mi mente, y escribo a mis mazagoneros así como a José y Jesús lo que me ha pasado, cancelo mi participación en los dos partidos de padel que tenía cerrados para el miércoles.
Me trae José Buza a casa y Yola ya está dormida, menos mal, en esos momentos temo más por su reprimenda como única persona responsable en mi casa que por el estado de mi pequeño metatarsiano, al fin y a la postre el vaso siempre está medio lleno, yo no me lesiono nunca. Así que, apoyando con cuidado el pie, me ducho, ceno, veo un poco las tertulias sobre la gran victoria de la roja en Saint Denis, y me acuesto, Yola sigue dormida, mañana será otro día.
Ya lo tienes Nachete.... Ahora a disfrutar...La vida hay que saborearla aunque sea a cojones. Un abrazo de tu primer seguidor.
ResponderEliminarNo siempre "el Luque" tiene razón.
ResponderEliminarGrande Nacho!!! El año que viene bajas tu propia marca en Don Bosco.